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Encontré este poema que hice a Sara, mi hija, hace mucho, mucho tiempo….

23-4-2001

A mi hija… cuando dejó de ser mi hijita.

No se que día perdí la tijera

que te pudiera descoser de mi piel.

No supe esconderte el mundo

para que te durmieras un tiempo.

No pude atar los días que tu

te empeñas en ignorar.

Se te perderán los mejores días, los mejores años,

se te caerán del bolsillo por los agujeros de la cabeza.

Sí, yo también tengo roto el corazón

y quisiera que me lo pegaras, como si de cristal fuera.

Solo pretendo que te mires al espejo

y puedas mantener tu mirada.

En tu camino hacia la selva

tendrás que descubrir las ortigas que se disfrazan

de rosas sin espinas.

Si alguna vez te pierdes en la espesura

no hará falta que me llames demasiado fuerte

estaré detrás de ti.

Pero ya no importa,

la burbuja tiene demasiadas grietas.

Aunque siempre recordaré la Alegría

que Dios me regaló un catorce de septiembre

con un llanto de niña en la habitación de un hospital,

desde entonces eres la luz que me envuelve

sin poderlo, quererlo, evitar.

Tus lágrimas no te pertenecen

son mis ojos que lloran por los tuyos.

Perdoname…por ser tu padre.

Soren

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